viernes, 24 de junio de 2011

PATRICK WOLF. Lupercalia. Indispensable

Las Lupercales eran unas antiguas y míticas fiestas romanas en las que los jóvenes adolescentes, a un paso de convertirse en hombres, debían sobrevivir en el bosque de la caza y el merodeo... como los lobos. Así debe sentirse Patrick Wolf, a punto de casarse, con la excitación de un adolescente que está a punto de descubrir un nuevo mundo ante sí; por eso, su quinto álbum lleva de nombre Lupercalia (Bloody Chambers Music 2011), amén del jueguecito con su apellido. El londinense, multiinstrumentista y genio precoz, revela en este trabajo todos sus recursos compositivos. Como viene siendo habitual en los discos de Wolf, la producción está cuidada al máximo y no repara en esas potentes mezclas de orquestaciones épicas y ritmos bailables, todo ello aderezado con el chorro de voz que posee el angelito de 27 años. Temas como Together desprenden un maravilloso aroma a una sabia mezcla de Depeche y Pet Shop Boys; en otros, se desliza por derroteros más evidentemente orquestales como en The Falcons, Bermondsey Street o The Days que terminan desarrollando en canciones sexys cargaditas de romanticismo. Mientras, la preciosista Armistice se nos ofrece más pura y descarnada, con ligeras dosis de piano y algunas gotas de cuerda. Estamos pues, ante un magnífico disco que recoge lo mejor de Wolf; ante un puñado de canciones llenas de encanto, optimismo y brillo. Debería de ser obligatoria su escucha para todos los agoreros que nos amenazan a diario con las pésimas previsiones de futuro de toda una generación. Deberíamos meterles éste álbum por las orejas o por donde mejor les quepa.

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